Estrés, rendimiento y descanso:

El nuevo equilibrio

Publicado en: 25 de noviembre de 2025  y atualizado en: 2 de diciembre de 2025
  • Para compartir
Escuche el texto Detener el audio

El estrés —esa activación fisiológica y mental que responde a exigencias internas o externas— puede tener un doble filo: un nivel moderado puede motivarnos, pero cuando se vuelve persistente o elevado, el rendimiento cae. La conocida Ley de Yerkes-Dodson sugiere que el rendimiento sube con la activación hasta un punto, pero luego decrece cuando la presión es excesiva.

En Chile, este desequilibrio es palpable. Un estudio de la Mutual de Seguridad comunica que el 60% de los trabajadores duermen menos de siete horas al día debido al estrés u otras preocupaciones. Otro dato: el 37% de los trabajadores del país declara sufrir de ansiedad al volver de vacaciones (estrés postvacacional).  

Estos resultados muestran que el estrés no solo afecta el bienestar emocional sino que también tiene impacto directo en el descanso —y por lo tanto, en el rendimiento.

Rendimiento ¿qué estamos sacrificando? 

Cuando el descanso se ve comprometido, la capacidad de concentración, de memorización, de toma de decisiones y de creatividad bajan. En Chile, por ejemplo, otra investigación en jóvenes encontró que 64,8% reportó trastornos para dormir (ronquidos, parasomnias) lo que afecta su descanso y desempeño escolar.

El hecho de que muchas personas trabajen sin recuperar bien o sin despejar su mente implica que el rendimiento laboral o personal se ve mermado, aunque externamente se exija “dar lo máximo”. Pero rendir al máximo no es sólo sobre largas horas, es sobre calidad energética y recuperación.

Descanso: la clave del nuevo equilibrio

Dormir las horas necesarias, desconectar, recuperar mente y cuerpo… Son piezas que muchas veces quedan fuera del tablero. En Chile el panorama es alarmante: el 58% de los chilenos declara dormir “mal o regular”, con estrés y ansiedad como principales causas. Además, más del 30% tiene dificultades para conciliar el sueño y un 11% recurre a psicofármacos para dormir.  

Esto nos dice algo importante: el descanso es un factor activo de rendimiento y de reducción del estrés, no un lujo.

Hacia un nuevo equilibrio: recomendaciones prácticas

  1. Establecer un horario de sueño: Dormir menos de 7 horas –como lo hacen muchos chilenos– pone en riesgo tu capacidad de recuperación.  
  2. Vacaciones/pausas activas: No sacrifiques por completo los descansos prolongados. Incluso una semana adecuada reduce significativamente el estrés.
  3. Desconexión real: El estrés postvacacional afecta a más de un tercio de los trabajadores chilenos. Volver al ritmo sin transición es un problema.  
  4. Ambiente saludable de trabajo: Un entorno que favorezca la calidad del sueño y reduzca el desgaste mental ayuda a mantener el rendimiento.
  5. Entender el estrés como señal, no como estado permanente: Un poco de activación motiva, pero cuando se vuelve crónica, debemos incorporar descanso, pausas, actividades regenerativas.

La invitación es simple: menos estrés sostenido + más descanso real = mejor rendimiento a largo plazo. Y en este camino, tanto la empresa como el individuo ganan.  

Fuentes:

Este material es sólo para fines informativos. No debe ser utilizado para realizar el autodiagnóstico o la automedicación. En caso de duda, siempre consulte a su médico.
  • Para compartir
¿Encontraste útil este contenido?